La CNT en la época del pistolerismo de los años 20

 

Cuando se habla de la història de la lucha heroica i sangrienta de la CNT en la Barcelona de los años 1918-23, siempre se hace referencia a los moderados y a los partidarios de la lucha o respuesta armada. Entre los moderados siempre se situa a Salvador Seguí y Angel Pestaña entre otros, mientras que entre los radicales armados se menciona principalmente a los Solidarios liderados por Joan Garcia Oliver, Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso, entre otros.

Yo queria hacer algunos matices de esta versión. Angel Pestaña era contrario a la lucha armada y no llevava pistola ni para defender-se. Salvador Seguí era contrario a los atentados pero era partidario de la autodefensa y un experto en el uso de la pistola. De hecho rechazó dos atentados a tiros en 1920, antes de que fuera asesinado en 1923. 

A parte de las diferencias entre los anarcosindicalistas posibilistas y los partidarios de la revolución anarquista inmediata, la lucha armada entre 1918 y 1922, era más una question de autodefensa, respuesta armada o venganzas que de la intención de hacer la revolución anarquista inmediata.
Fué a finales de 1922 que con la aparicion de los Solidarios que trataron de unir todos los grupos armados para responder a los pistoleros del Sindicato Libre y a la represión policial, que la lucha armada era además un método que pretendia iniciar una revolución anarquista, al contrario de los anarcosindicalistas moderados que sólo querian la acción puramente sindical.

Los Durruti, Oliver o Ascaso (Solidarios) encaminaron a la CNT hacia la revolución anarquista, que años después en 1936 se matarializò al iniciarse la guerra civil. Son mitos historicos del anarquismo a nivel mundial y el nombre de Durruti, líder de la Revolución, su màxima representacion i con todo merecimiento. 
No obstante no es del todo justo que algunos escritos cercanos al anarquismo atribuyan sólo a los Solidarios els peso de la lucha armada en los primeros años 20 en Barcelona. Cuando se fundaron los Solidarios y Durruti llegó a Barcelona a finales de 1922, los anarcosindicalistas ya llevavan 5 años de lucha sangrienta con la autoridades y la patronal (desde 1918) con centenares de muertos. Evidentemente los historiadores i escritores anaquistas de la época explican la historia correctamente, pero actualmente hay un cierta tendencia al tópico de los Solidarios como únicos promotores de aquella respuesta armada.
Aquí escribo una lista de algunos de los anarcosindicalistas que en estos 5 años (1918-23) fueron miembros de los grupos armados y todos con sonadas acciones y tiroteos en Barcelona y alrededores. Muchos de ellos murieron en las acciones que trataban de frenar el pistolerismo patronal i la accion asesina de la policia de la época, que matavan incluso a los anarcosindicalistas más moderados. 

Por lo tanto como homenaje a aquellos anarcosindicalistas armados injustamente olvidados aquí está una lista de algunos de ellos: 

Los 2 hermanos Volney y Progres Ròdenas, Ramón Archs Serra, Pere Vandellós, Simó Piera, Pere Mateu  Cusidó, Lluis Nicolau Fort, Llúcia Fors (alias Joaquina Carlota), Ramón Casanellas, Pere Boadas, Josep Saleta, Vicens Cervera, Miquel Villalonga, Elias Garcia Segarra, Joan Baptista Acher, Francesc Glascar, Pere Boix, Medí Martí, Joaquim Buigas, Restituto Gómez, Alberto Manzano, Alfonso Miguel, Francesc Berro, Benito Mechano, Agustí Flor, Silvestre Hernández, Francisco Bravo, Andreu Mora, Josep Batlle, José Picòn, Jaume Jiménez Serra, Marc Alcon, Roser Segarra, Juan Abrau, Salvador Salsench, Francisco Novellón, Roser Benavent, Juan Elias, Joan Bautista Cucha, Miquel Tomjuan, Josepa Crespo, Ramón del Riu, Eusebi Brau, Jesús Pascual Aguirre, Josep Peris, Martí Martí Colomé, Víctor Sabater, Domingo Colominas, Juan Molina, Marià Canela, Lluis Dufur, Luisa Moreno, Joan Manent, Josep Grau, Francesc Biol, Josep Alcaraz, Manel Figueras, Jaume Dufur, Bru Lladó, Marcelino da Silva, Manel Casas, Vicente Sánchez, Ramón Recasens, Francesc Verdú, Segimón Sola, Francisco Peña, Antoni Mas, Amalio Cerdeño, Victor Quero, Francesc Cunyat, Joaquim Roig, Francesc Garcia “el patillas, Josep Espuñes, Aníbal Alvarez, Francesc Martínez Valls, Joaquín López, Carles Figuerola, Angel Latorre, Salvador Montès, Jacint Vila, Josep Soler, Antonio Matenza, Eusebio Conde, Josep Liciaga, Josep Domingo, Jaume Martínez Palau, Juan  López, Magí Marimón, Bartolomé Llabrés, Manel Soler, Luis Muñoz, Gregori Daura, Miquel Palau, Joan Caballé, Manuel Fernandez, Francesc Gil, Ferran Sánchez Rojas, José Pérez, Joan Tarragó, Andreu Masdeu, Ramón Recasens, Manuel Ramos, Antonio Jiménez, Manel Talens, Adolfo Bermejo, Rafael Climent, Marià Canela, Ricart Pi, Domenech Ribas i muchos otros que no caben por falta de espacio y muchos que nunca se sabrá quienes fueron.

 http://cerebrosdestruidos-mxm.blogspot.com.es/2012/05/la-cnt-en-la-epoca-del-pistolerismo-de.html


El pacto C.N.T.-U.G.T. Madrid el 3 de septiembre de 1920


Hombres e Historia (4)

La derrota

Joaquín Maurín


Unos meses después de celebrarse el II Congreso de la Confederación Nacional del Trabajo, libre ya del servicio militar, la organización obrera de Lérida me nombró secretario provincial y director del semanario “Lucha Social”.


Lérida era entonces (1920) una ciudad de unos 30.000 habitantes, centro geográfico y económico de una de las regiones más fértiles de España. Incluso una gran parte de la provincia de Huesca - la ribera del Cinca- estaba vinculada comercialmente a Lérida.


Asentada graciosamente entre dos montículos a la vera del caudaloso Segre, Lérida era entonces una ciudad más comercial y agrícola que industrial; pero en la provincia de Lérida se encontraban las grandes centrales hidroeléctricas que abastecían de energía a Barcelona. Para la C.N.T. era de gran importancia extender y fortificar la organización en Lérida y su provincia. La famosa huelga de «La Canadiense(1919) se había iniciado allí. 
  
La labor que me fue confiada me satisfacía. Temperamentalmente, cuando joven, me sentía un hombre de acción. Y me encantaba ir de un lugar a otro como propagandista y organizador.

En Lérida, la capital, contaba con un núcleo de colaboradores, entusiastas e incansables, entre los cuales, destacándose, Pedro Bonet, con cuya valiosa cooperación, “Lucha Social” fue uno de los periódicos sindicalistas más interesantes de aquellos tiempos.

Durante medio año aproximadamente - verano y otoño de 1920 - el trabajo de propaganda y organización fue intensísimo. No dejábamos pueblo o aldea sin visitar, «propagandear» y organizar sindicalmente. Cuando había que efectuar una jira de cierto alcance, el Comité Regional nos enviaba refuerzos. Así, vinieron de Barcelona Andrés Nin y José Viadiu, excelentes oradores los dos, y durante el mes de agosto hicimos una serie de mítines en las principales poblaciones de la provincia, internándonos, al final de la excursión, en la provincia de Huesca, en donde se incorporó a nuestro grupo Ramón Acin.

A fines de otoño, la provincia de Lérida, en líneas generales, estaba organizada sindicalmente. El crecimiento había sido rápido y necesitaba consolidarse.

Esos meses de vivir con el movimiento obrero por dentro fueron para mi extraordinariamente útiles desde un punto de vista moral. Descubrí, soterrado, todo aquello que constituye la grandeza del pueblo español: laboriosidad, nobleza, honradez, espíritu de sacrificio, generosidad, entereza, dignidad, heroísmo... Aquellos obreros y campesinos de Lérida que en 1920-21 fueron mis compañeros, eran una muestra inequívoca del conjunto del movimiento obrero español.

Mientras en Lérida y su provincia el movimiento sindicalista iba creciendo de  ese modo y el proceso era el mismo en el resto del país, en Barcelona se estaba librando una guerra sorda, pero encarnizada, entre la dirección de la C.N.T. y la organización patronal.

El capitalismo catalán se había desarrollado a un ritmo superior a lo que era normal durante los años de la primera guerra mundial (1914-18). El movimiento obrero también había crecido vertiginosamente y la aparición del Sindicato de Industria (“Sindicato Unico”) dio a la clase trabajadora una fuerza a la que la clase patronal no estaba acostumbrada.

En el curso de los meses que siguieron a la terminación de la guerra mundial, se produjo un descenso en el ritmo económico en Cataluña, y en el verano de 1920 la situación era ésta: una clase patronal en crisis por haberse restringido los mercados y un movimiento obrero combativo y bien organizado.

El movimiento obrero español - sin que él se diera cuenta de ello - experimentaba los vaivenes del movimiento obrero europeo, al que la Revolución rusa (1917) había dado un impulso enorme. En 1919, la clase trabajadora de la Europa continental - Alemania, Austria, Hungría, Polonia, Francia, Italia y España - pudo haber tomado fácilmente el poder político y económico. Un tal acontecimiento histórico hubiese colocado a Rusia. - que había hecho una revolución prematura - en un segundo plano, pues la hegemonía y dirección en Europa hubiesen correspondido al Occidente industrial, democrático y civilizado.

Por una serie compleja de razones que no es del caso exponer aquí, el movimiento obrero de Occidente no supo comprender la importancia del momento histórico - la responsabilidad principal recae en la socialdemocracia alemana - y perdió una oportunidad que ya no se le presentaría nunca más. El resultado de esa incapacidad global del movimiento obrero europeo fue, a no tardar, el fascismo, el estalinismo, el hitlerismo, la guerra civil española y, finalmente, la segunda guerra mundial.

En 1919, las clases conservadoras estaban a la defensiva en toda Europa. En 1920, ya habían fortalecido sus posiciones y empezaban a contraatacar.

A cuarenta años de distancia, en amplia perspectiva, es fácil ver cómo lo que ocurrió en España en el otoño de 1920 no era más que un eco directo de lo que sucedió al mismo tiempo en Europa: la derrota del movimiento obrero. 

A fines de verano (1920), el Comité Nacional de la C.N.T., dándose cuenta de que iba a librarse una batalla temporalmente decisiva entre la burguesía industrial y el sindicalismo obrero, decidió buscar un apoyo en la Unión General de Trabajadores. Apenas habían transcurrido nueve meses desde el Congreso de la Comedia en que la C.N.T, había acordado declarar “amarilla” a la U.G.T. y absorberla...

Los líderes sindicalistas se presentaron inesperadamente en Madrid a parlamentar con dos líderes socialistas.
El pacto C.N.T.-U.G.T. se firmó en Madrid el 3 de septiembre de 1920. Por la Confederación Nacional del Trabajo lo firmaban: Evelio Boal (secretario del Comité Nacional), Salvador Seguí y Salvador Quemades. Por la Unión General de Trabajadores: Francisco Largo Caballero, Francisco Núñez Tomás, Manuel Cordero, Luis Fernández, Juan de los Toyos y Lucio Martínez Gil.

Esta rectificación brusca de lo acordado en el II. Congreso --«absorción» de la U.G.T.-, no fue comprendida por la base de la C.N.T., y los líderes que concibieron el Pacto y lo firmaron fueron criticados y moralmente descalificados. Incluso Asturias, que en el II Congreso había criticado la «absorción» y defendido la «fusión», no aceptaba el Pacto hecho precipitadamente desde arriba.

En cuanto a la U.G.T., que ni remotamente había sido absorbida, no se sentía interiormente muy dispuesta a defender a los que meses antes habían escrito con gran estruendo su esquela de defunción.
Lo que el Comité Nacional de la C.N.T. temía, se produjo en noviembre.

La burguesía industrial catalana concentrada en Barcelona era una gran fuerza económica, pero una débil fuerza política. Entre paréntesis: la burguesía catalana siempre ha sido infantil o estúpida en política. El Gobierno central estaba en manos del partido conservador, a la reaccionaria de los terratenientes, usufructuarios del poder desde la Restauración (1874).

Durante todo el año 1920, las clases patronales catalanas no cesaron de pedir al Gobierno un baño de sangre sindicalista. El Gobierno, presidido por un vejestorio reblandecido, Eduardo Dato, titubeaba. En el seno del gabinete se manifestaban dos tendencias: la de los ministros que se oponían a los deseos represivos de la burguesía industrial catalana y la de que los aceptaban. Finalmente, el Gobierno, presionado por el Ejército, capituló. El gobernador de Barcelona, Federico Carlos Bas, presentó la dimisión porque «no quería ser un gobernador asesino» (fueron sus palabras textuales a una delegación sindicalista que se entrevistó con él). Le sustituyó el candidato de la clase patronal,el general Martínez Anido, recayendo el nombramiento de jefe de policía en  el general Miguel Arlegui. Uno y otro, Martínez Anido y Arlegui, pertenecían a ese tipo de militares españoles vesánicos, que despues de haber hecho horrores en Cuba y Marruecos, ansiaban repetirlos en la propia España. Los dos eran personajes lombrosianos: criminales natos.
Inmediatamente fueron apresados la mayoría de los dirigentes sindicalistas e hizo su aparición fulminante la banda de asesinos patronal-policía titulada  “Sindicato Libre». Simbólicamente, su primera víctima fue un hombre admirable, Francisco Layret, abogado de sindicatos y diputado a Cortes republicano. Fue asesinado en pleno día, en la puerta de su casa. Quedaba iniciada la fase de terror que alfombró de cadáveres las calles de Barcelona.

Los dirigentes sindicalistas detenidos llenaron las cárceles de Barcelona y las esgástulas de Montjuich. Como no había espacio para todos,  un grupo importante fue enviado al castillo de la Mola (Menorca) y  otros, formando cuerdas como si  fueran galeotes, fueron transferidos a pie a diferentes prisiones de la Península.
Decapitada la C.N.T., los supervivientes -fuera de la provincia de Barcelona la represión fue menos intensa- nos reunimos para reconstruir los comités. Andrés Nin sustituyó a Evelio Boal en la Secretaría del Comité Nacional. Y el Comité Regional, que lo integraban Salvador Seguí, Juan Pey, Camilo Piñón, Salvador Quemades y Enrique Rueda, pasó a estar formado, en forma reducida, por Ramón Archs, Joaquín Ferrer (Barcelona) Francisco Isgleas (Gerona), Felipe Alaíz (Tarragona) y Joaquín  Maurín (Lérida).

El alma de la nueva dirección era Ramón Archs, que hacía de puente entre el Comité Nacional y el Regional. Fue él quien concibió y dirigió la estrategia antiterrorista, apuntando arriba, al Presidente del Consejo de Ministros, la momia Dato.

Edición digital de la Fundación Andreu Nin,  2005



Pistolerismo


El pistolerismo fue un movimiento que tuvo lugar bajo la monarquía de Alfonso XIII, particularmente entre 1917 y 1923. Consistió en el asesinato de empresarios, obreros, abogados y sindicalistas. Su plano de acción fue Barcelona y participaron algunos miembros de la Confederación Nacional del Trabajo.


La violencia llena las calles de la ciudad condal. Los empresarios despiden a diversos trabajadores que participan en las huelgas. Aparecen los Sindicatos Libres o "amarillos" y aumenta el anarcosindicalismo. El Gobierno nombrará al general Severiano Martínez Anido como Gobernador Civil de Barcelona. Los pistoleros blancos asesinaron, entre muchos otros, a sindicalistas como Pau Sabater en 1919, Evelio Boal en 1921, Salvador Seguí (El noi del sucre) y Francesc Comes en 1923 y abogados como Francesc Layret en 1920. A causa de la llamada Ley de fugas, que autorizaba a la policía a disparar a quienes huían, el presidente Eduardo Dato será asesinado en 1921. El conflicto terminará a raíz de ladictadura de Primo de Rivera.
Bibliografía
  • Balcells, Albert. El Pistolerisme. Barcelona (1917-1923).

EL PISTOLERISMO Y EL TERRORISMO PATRONAL EN LA ROSA DE FOC


“Ha llegado la triste hora de abandonarnos a nuestro propio impulso y a nuestra sola iniciativa (…) la gravedad de las circunstancias nos obliga a dar la cara, y sin altanerías ni provocaciones, pero con toda la fuerza que suministran la razón y el derecho (…)El Federado que en estos momentos sienta temores personales y ceda ante las amenazas por motivos injustificados, incuba, con este proceder, el germen del asesino que mañana atentará contra la vida de un compañero y del que otro día acabará con la del patrono acobardado (…) La conciencia y la dignidad, en tales casos, no significan otra cosa que mantener firmes los acuerdos de la clase, elevar el concepto de compañerismo y de unión a las más puras esferas y estimular, con el afecto y la consideración que se merece, a esa enorme masa obrera tan indefensa y atropellada en sus derechos como lo está la clase patronal Federación Patronal de Cataluña. Barcelona, 14 de septiembre de 1920[1].
“Según confidencias recibidas, en la calle de Poniente (no se precisa el número) se reúnen diariamente en un piso varios anarquistas. El piso en cuestión lo habita para su cuidado una prostituta. 24 de julio de 1919. Somatent de Barcelona. Distrito III”[2]

  http://elblogderaskolnikov.blogspot.com.es/2012/01/el-pistolerismo-y-el-terrorismo.html




El Pistolerismo en Barcelona





EL PISTOLERISMO

Para conocer completamente el pistolerismo, durante el trabajo voy a desarrollar varias partes en las que se desarrollarán tanto el concepto, las características, el desarrollo y consecuencias.
El pistolerismo es un método usado en España, sobre todo en Barcelona, durante la crisis de la restauración de Alfonso XIII, que consistía en la contratación de matones para hacer frente a los sindicalistas y trabajadores mas activos.A su vez, los trabajadores respondieron con otros pistoleros.

Podríamos separar a los pistoleros en dos grandes grupo

PISTOLEROS BLANCOS asesinan a sindicalistas como Pau sabater (1919), Evelio Boal(1921), Salvador Segui y abogados como Frances Layret (1920)

PISTOLEROS PRÓXIMOS A LA CNT asesinan a Canalejas (1912) y Eduardo Dato(1920)

A continuación vamos a exponer las principales características y un breve resumen, que desarrollaré más tarde sobre este método guerrillero.

El pistolerismo, puede decirse que se dio sobre todo por el proletariado urbano e industrial, que se moviliza y multiplican sus huelgas, impulsado por la Confederación Nacional del Trabajo, en Barcelona ya que el número de afiliados aumentó notablemente.

Ante su influencia y poder, la federación patronal reacciona violentamente.

Se radicaliza el enfrentamiento patronos-obreros que degenerará en el conocido como Pistolerismo Blanco que era contestado a su vez por el terrorismo anarcosindicalista, como podemos ver estos son dos grandes grupos.

Empresarios, autoridades políticas, autoridades eclesiásticas y fuerzas del orden por un lado y lideres sindicales y abogados sindicalistas por otro son los objetivos de este territorio que afectó principalmente a Barcelona aunque también a otras ciudades.

Pero, ¿por qué se desarrolló sobre todo en Barcelona y como se hizo? pues bien, para ello debemos decir que Barcelona, a principios de siglo, era la población española más accesible desde Europa y era bastante "blanda" en la persecución del crimen.

Los policías eran pocos y pocos preparados y mucho menos para enfrentarse a un terrorismo generalizado.

Esto hizo de Barcelona la ciudad, por excelencia, de todos los delincuentes.

Paralelamente, se desarrolla en España un anarquismo filosófico que estaba representado por aquellos anarquistas que ni bebían, ni fumaban ni comían carne, ya que sostenían que los vicios esclavizaba al hombre.

Junto a este anarquismo creció el político y sindicalista, el bakuninismo que planteaba ir más allá de lo individual.

Los anarquistas, defendían la necesidad de usar cualquier tipo de herramienta para conseguir la victoria, y eso incluía la violencia terrorista.

Es por ello que los anarquistas, son los grandes terroristas de finales del s. XIX y principios del s. XX y que sobre todo sea Barcelona la ciudad por excelencia que acoge este movimiento ya que daba, por diferentes razones, pie a ello.

Se agravó aún más con la Semana Trágica de Barcelona, que enseñó a los anarquistas que los obreros, les apoyarían.

La socialista UGT intentó entrar en este juego, pero no lo consiguió hasta que la CNT fueabatida como represión anarquista.

A mediados de la segunda década del siglo XX nace la Confederación Nacional del Trabajo, cuyo objetivo principal, entre otros, es trabajar por el desarrollo del espíritu de asociación entre los trabajadores.

En 1917 la Revolución Rusa, hizo que la pasión obrera se pusiera al rojo vivo y el 13 de agosto de es mismo año ya iniciaron disturbios en Barcelona conocidos como "La Semana Cómica", pero el fracaso, llevó a los anarquistas, al igual que los rusos, a desarrollar una insurrección armada.
Es entonces, cuando el 7 de Octubre, en el Clot, una barriada de Barcelona, dos personas matan a Juan Tapias y en los siguientes días mataron a 6 empresarios más. El fuego estaba abierto.

Los empresarios reaccionan y colocan en el poder al comisario Manuel Bravo Portillo, un mercenario sin ningún tipo de escrúpulos.

Bravo confesó que mató a un ingeniero,Josep Albert Baret. La situación fue empeorando hasta que los obreros mostraron su poder en 1919 con la conocida huelga a "la Canadiense".

El Pistolerismo tuvo su máximo desarrollo porque tanto los patronos como los obreros llegaron a la conclusión de que podían ganar y cuando dos piensan que van a ganar, siempre acaba en pelea, siempre.

Este movimiento, como es lógico tuvo graves consecuencias, los empresarios, responden con el cierre de empresas, enviando al para y al hambre a miles de trabajadores.

Presionaban al gobierno, para que frenara el auge del anarcosindicalismo.

El gobierno nombra como gobernador civil de Barcelona a Severiano Martínez Anido, que protege a las actividades terroristas empresariales y reprime a los sindicalistas aplicando la ley de Fugas, consistente en la ejecución extrajudicial que simula la fuga de un detenido para encubrir el asesinato del preso, tras el precepto legal que permite abrir fuego sobre el fugitivo que no obedezca el "ALTO" de los guardias.

Aunque la mayor consecuencia es el número de muertes que alcanzó la cifra de 400 personas:

- 50 Patronos
- 170 sindicalistas
- 80 Obreros
- 30 Policías del sindicato libre

Es por tanto, el pistolerismo, un método que nace por parte de los más poderosos para frenar, al menos intentar, reprimir las movilizaciones de los obreros, cuyas mentalidades habían evolucionado y eran de su situación.

Salvador Segui, conocido como "El noi del sucre" (El niño del azúcar) fue uno de los lideres más destacados del anarcosindicalismo de Cataluña. Buscó dar un nuevo impulso a la lucha proletaria sin olvidad su ideario anarquista.

Foto nº3: General Martínez Anido que fue nombrado gobernador civil de Barcelona.Al mando de la policía desató una auténtica guerra sucia contra, sobre todo anarquistas, que le pagaron con la misma moneda, desatándose una contienda de asesinatos, represalias y aplicaciones de la ley de fugas convertida en una carnicerías y represalias. 

Sindicatos Libres



Los Sindicatos Libres (en catalán Sindicats Lliures o Unió de Sindicats Lliures), fueron unas organizaciones creadas por militantes carlistas en el Ateneo Obrero Legitimista en 1919. Los miembros de los Sindicatos Libres fueron el brazo ejecutor de los atentados y asesinatos de miembros prominentes de la CNT, como Salvador Seguí, y también como el abogado Francesc Layret. Tuvo escaso apoyo dentro del mundo obrero, pero recibieron apoyo por parte de la dictadura de Primo de Rivera, sectores de la policía y de la extrema derecha.

Encontramos entre sus fundadores a jóvenes trabajadores y dependientes del comercio que formaban parte de los círculos jaimistas de la ciudad condal. El partido jaimista le daría inicialmente su apoyo, pero posteriormente ocultaron sus orígenes para proclamar su naturaleza puramente obrera. Adoptaron formas obreristas, haciendo uso de todas las fórmulas a su disposición, desde las huelgas hasta la negociación, sin olvidar los boicots e intimidaciones de todo género. Lo constituyeron gente de Cataluña. Ramón Sales Amenós, Juan Laguía Lliteras, Ceferino Tarragó e Ignacio Jubert.
El historiador Colin M. Winston, distingue tres etapas en la evolución del sindicato, entre 1919 y 1923. En la primera y hasta principios de 1921, su expansión habría sido modesta, en torno a diez mil afiliados provenientes del espacio carlista. Hasta octubre de 1922 se produjo un avance considerable, favorecido por la estrecha colaboración del general Severiano Martínez Anido, gobernador civil de Barcelona, como por el paso de los cenetistas a la clandestinidad. Alcanzaron entonces la cifra de 150.000 miembros. Y finalmente desde la sustitución de Severiano Martínez Anido y el golpe de Estado de 1923, se dio un retroceso en la influencia de los Sindicatos Libres.
Lucha Sindical
El Sindicato Libre significó una reacción contra el Sindicato Único (CNT), lógica y espontáneamente surgida entre elementos del Ateneo Legitimista de Barcelona. Quienes recurren a la iniciativa gubernamental de explicar el nacimiento del Sindicato Libre, desconocen la significación y la fuerza del carlismo catalán. Todo lo otro –situación del Sindicato Libre respecto a la UGT, a los sindicatos católicos, a la Patronal, y al Gobierno– es cuestión posterior. Ahora –bajo el conde de Salvatierra– como una fuerza de choque, dispuesta a batirse con el Sindicato Único, a oponer la violencia a una violencia intolerable, muy al margen de la lucha de clases. Y esa decisión era auténticamente carlista. Todo lo otro –insistimos– vino luego.
El Sindicato Libre pronto cobró personalidad propia al enfrentarse al rival cenetista y hacer frente también a la Patronal en sus veleidades de subordinarlo a sus intereses. De 1919 a 1921, el naciente sindicato fue promocionado por los empresarios en su labor de dividir al proletariado barcelonés.
Sin embargo, los "Libres" siempre dejaron claro que su política iba en defensa estricta de los derechos profesionales del obrero, y que no se iban a plegar a los intereses de los empresarios, como había pasado con algunos sindicatos profesionales y católicos, que habían nacido por el patrocinio de algunos notables conservadores y se sentían obligados a defender el orden constituido.
Este punto de vista diverso impidió unas relaciones amistosas con los sindicatos confesionales que estaban controlados por magnates conservadores. No obstante, los católicos-libres fundados por los dominicos habían mantenido una postura más combativa en los intereses obreros, y mantenían un buen diálogo con los carlistas. Estos sindicatos tenían casi su única fuerza en la región vasco-navarra, por lo que la simbiosis carlista y sindicalista se daba en muchas zonas como Azpeitia. Esta amistad se prolongaría de tal modo, que en 1924, en el congreso de Pamplona, decidieron fusionarse y crear la Confederación Nacional de Sindicatos Libres, de los dominicos José Gafo y Pedro Gerard, cuya fuerza estaba en Cataluña y País Vasco-Navarra, curiosamente parte de la misma geografía política del tradicionalismo.
Terrorismo
Los Sindicatos Libres fueron dirigidos por el requeté Ramón Sales Amenós, natural de La Fuliola, como presidente, que procedía del Sindicato Mercantil de la CNT. Su ideólogo fue Juan Laguía Lliteras, asesinado en Madrid en 1936, quien también fue secretario general, acompañados de Josep Baró, Jordi Bru, Estanislao Rico, Domingo Farré, Feliciano Baratech y Mariano Puyuelo. Los miembros de los Sindicatos Libres fueron el brazo ejectutor de los atentados y asesinatos de miembros prominentes de la CNT como Salvador Seguí, y también del abogado Francesc Layret. Tuvo escaso apoyo dentro del mundo obrero, pero recibieron apoyo por parte de la dictadura de Primo de Rivera, sectores de la policía y de la extrema derecha.
Hasta 1923, los "Libres" sufrieron también, la constante amenaza del terrorismo anarquista que no podía permitir que hubiesen escindido a la clase obrera, y el precio fue el asesinato de 53 dirigentes sindicales. Sin embargo, los "Libres" también crearon sus grupos de autodefensa que atacaron a los anarquistas con sus mismas armas. No obstante, los "Libres" estaban naciendo, y la pérdida de dirigentes les hacía más daño. Las autoridades restauracionistas, en premisa de proteger el orden liberal establecido, detenía tanto a sindicalistas cenetistas como a "Libres". La lucha entre ambos sindicatos fue sangrienta, pero la patronal intentó manejarla a su favor utilizando esquiroles Libres en las huelgas de los anarquistas y al revés en las promovidas por los "Libres".
En 1924, al ser prohibida la CNT, atrajo a sindicatos independientes y también a algunos sectores propensos al anarcosindicalismo. Aun cuando en 1929 proclamaban tener 190.000 afiliados, no se consolidaron como fuerza sindical, y no consiguieron sobrevivir a la proclamación de la Segunda República.


Los Sindicatos Libres

 

En el año 1919 la violencia en Barcelona alcanzó cotas muy elevadas. El origen de la verdadera oleada de asesinatos estaría en los hechos que siguieron a la huelga de la compañía “La Canadiense”. El paro, secundado por la CNT, fue extendiéndose hasta convertirse en una verdadera huelga general que paralizó durante más de un mes la industria barcelonesa. Los empresarios y sectores conservadores reaccionaron y solicitaron la ayuda del Estado.

Los Solidarios

 

Surgió como sucesor de un grupo anterior llamado "Los Justicieros" creado en Zaragoza.
Integrado por anarcosindicalistas, montaron una red para compra y depósito de armas con las que se atentaban a elementos del Sindicato Libre patronal. Se les atribuyen atracos a bancos como el del Banco de España (septiembre de 1923) o el asesinato del cardenal zaragozano Juan Soldevila y Romero (1923). Después de este hecho y con la presión de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, Durruti, Ascaso y otros miembros huyeron a Francia primero y después a América Latina, donde se les imputan más atracos. Volvieron a Europa estableciéndose en Francia donde vivieron clandestinamente después de ser acusados de intentar asesinar al rey Alfonso XIII en una visita a París. Expulsados finalmente del país se establecieron en Bélgica, donde les fue permitida la residencia. Con la proclamación de la Segunda República Española (1931) algunos de los miembros que habían podido volver a Cataluña deciden ingresar en la FAI con el nombre de "Nosotros", aunque con posiciones más radicales que las de la federación. Al declararse la Guerra Civil Española el grupo deja de actuar como tal.
Se conserva una grabación sonora de un discurso de Joan García Oliver donde califica los miembros del grupo, incluyéndose él mismo, como "los mejores terroristas de la clase trabajadora, los que mejor podían devolver golpe por golpe el terrorismo blanco contra el proletariado" como los asesinatos de Salvador Seguí o Francesc Layret por parte de la patronal.
Integrantes
Formaron parte, entre otros:
§  Ramona Berri


Canción Homenaje a Los Solidarios
Historia de tres amigos/ De la dulce libertad:/ Si se hicieron anarquistas,/ No fue por casualidad./ Buenaventura Durruti/ Ascaso y García Oliver/ Llamados Los Solidarios/ Que desprecian al Poder/ Buscados y perseguidos/ Por el campo y la ciudad,/ Si acabaron en la cárcel,/ No fue por casualidad./ Buenaventura Durruti/ Ascaso y García Oliver:/ Tres hojas de trébol negro/ Contra el viento del Poder./ Siguiendo con su costumbre/ De burlar la Autoridad,/ Si cruzaron la frontera/ No fue por casualidad./ Buenaventura Durruti/ Ascaso y García Oliver:/ La negra sombra del Pueblo/ Contra el brillo del Poder./ Después de una temporada,/ Se volvieron para acá,/ Si temblaron los burgueses/ No fue por casualidad./ Buenaventura Durruti/ Ascaso y García Oliver:/ Tres balas negras de plomo/ Apuntando hacia el Poder/
Canción de Chicho Sánchez Ferlosio en honor y recuerdo a los "Los Solidarios"

Los Solidarios 


Grupo formado entre el año 1922 y 1923 que detrás del paraguas de la "revolución social" y la bandera del anarquismo prepararon y perpetraron varios atentado y acciones violentas, entre las que destaca el asesinato del Cardenal Soldevila en Zaragoza (04 / 06/23). Anteriormente se habían denominado "Crisol" ya partir del año 1931 se denominaron "Nosotros". Montaron una red para la compra y depósito de armas, con las que atentaron contra elementos de los Sindicatos Libres y empresarios. Se les atribuye el asalto al Banco de España (septiembre de 1923) en el que supuestamente murió Eusebio Moreno. Con una acción contra el grupo, dirigida por Martínez Anido, murieron Suberviola y Campos (marzo de 1924). La presión de la dictadura de Primo de Rivera hizo que el grupo se dispersas, exiliándose en Francia y en América latina. Con la proclamación de la República el grupo se rehace, produciéndose un primer encuentro entre García Oliver, Ascaso, Durruti, Jover y Sanz, en la que deciden ingresar a la FAI con el nombre de "Nosotros". Después promovieron los movimientos insurreccionales de la cuenca del Llobregat (1932) y también en el de 1933. Con el estallido de la guerra el grupo dejó de actuar como tal: Francisco Ascaso murió el 20 de julio en el asalto a la sublevada cuartel de las Atarazanas. Buenaventura Durruti murió el 19 de noviembre de 1936 en el frente de Madrid. Jover fue el responsable de la organización de la "Columna Ascaso" (28 ª División). Sanz formó parte de la "Columna Durruti" (26ena. División), que comandó tras la muerte de Durruti y García Oliver formó parte del Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña y fue ministro del Gobierno de la República.
Del grupo Los Solidarios formaban parte:

Antonio (alias "El Toto") 
Ascaso, Alejandro 
Ascaso, Francisco 
Barguti 
Brau, Eusebio. 
Campos, Manuel (alias "Torinto") 
Durruti, Buenaventura 
Fernández Aurelio 
García Oliver, Juan 
García Vivancos, Miguel 
Martínez, Gregorio 
Miguel, Alfonso 
Sanz, Ricardo 
Suberbiela (o Suberviola), Gregorio 
Torres Escartín, Rafael

Y años después también formaron parte

López, Julia 
Tejedor, Luisa  
Not, Pepita 
Pérez Combina, Vicente 
Jover (1926) 
Ortiz, Antonio (1934) 
Pérez Ibañez, José (1934)







Pongámonos en situación, estamos en los años 20 del pasado siglo, concretamente en Barcelona, epicentro del movimiento anarcosindicalista ibérico. Por aquellos años, la clase obrera estaba a la ofensiva, se veía factible destruir el viejo mundo, puesto que llegaba con fuerza a las fábricas el aire fresco de la Revolución de Octubre, donde por primera vez, los trabajadores eran capaces de hacer la tan anhelada Revolución. En España, se había hecho la Huelga General Revolucionaria de 1917. Como podemos imaginar los privilegiados comienzan a ver la posibilidad de que se les acabe el chiringuito, y preparan la reacción, que trataría de descabezar el movimiento obrero de Barcelona.


El carnicero Martinez Anido

La misión represora recayó en el Gobernador de Barcelona, el militar Martínez Anido, el cuál ya tenía fama por su trabajo en Melilla.
Se propuso desactivar al incipiente sindicalismo revolucionario, con todos los medios a su alcance, legales e ilegales.Entre las medidas que implementó destacan dos:
1/ La creación en connivencia con la patronal de "Sindicatos Libres", sindicatos amarillos verticales,tipo fascista, que eran de filiación obligatoria.
2/ La guerra sucia contra el movimiento obrero,  que tuvo como ejes principales de acción, el terrorismo patronal, con la formación de grupos de pistoleros, paramilitares tipo las S.A. nazis; y  la aplicación de la Ley de fugas (se simula que el detenido trata de huir, y se le pega un tiro por la espalda). El objetivo, eliminar a los sindicalistas más politizados, se estima que cayeron alrededor de 300 sindicalistas a manos de los pistoleros de la patronal,la policía, guardía civil...entre ellos los militantes históricos de CNT Evelio Boal y Salvador Seguí.


Varios miembros de Los Solidarios: Vivancos, García Oliver, Ricardo Sanz, Ascaso y Durruti

La respuesta de la clase obrera al terrorismo patronal no tardó en producirse. En 1922, la CNT decide constituir un grupo de autodefensa, formado por los militantes más comprometidos, la élite de la clase trabajadora, que formarían el grupo Los Solidarios, herederos directos del grupo zaragozano, Los Justicieros.

Aunque todos los miembros eran de CNT, Los Solidarios, tenían una estructura clandestina, diferenciada del sindicato, para no perjudicarlo.
El grupo tenía como objetivos la respuesta a los pistoleros del sindicato libre, así como expropiaciones para financiar la compra de armas para la futura revolución, ajusticiamientos... Barcelona en aquellos locos años 20, vivió una auténtica guerra de clases, la lucha se cobró la vida de muchos sindicalistas, policias, patronos...Entre las acciones más celebres del grupo, destacan, el asalto a la sucursal del Banco de España en Gijón, o el ajusticiamento del cardenal y arzobispo de Zaragoza Juan Soldevilla.


Ficha policial de Durruti, Ascso y Garcia Oliver

La llegada de la Dictadura de Primo de Rivera, forzó la salida del nucleo duro de Los Solidarios al exilio, esto supuso el fin del grupo como tal, pero no de la lucha. En su periplo por el exilio, pasaron por América Latina, Francia, Bélgica... en todos estos países seguían con la misma dinámica de lucha, continuaron conlas expropiaciones, para financiar al movimiento. Incluso intentaron atentar contra el rey Alfonso XIII en París. Con la llegada de la República, volvieron a España y se integraron en la F.A.I. y a partir de ahí es otra historia.

 Ascaso, Durruti y Jover, en Paris


Por último os dejo con el discurso de García Oliver, donde habla de su etapa en Los Solidarios. El discurso fue pronuciado en 1937, con motivo del aniversario de la muerte de Durruti, por aquel entonces, era ministro de Justicia de la República.